Hola a todas,
Este fin de semana ha sido mi cumpleaños y he hecho un plan de lo más apetecible: me he ido a Álava a conocer la bodega Marques de Riscal y hacerme un súper tratamiento en el spa de Caudalie.Seguro que muchas de vosotras ya habéis estado en este hotel, pero yo sólo lo había visto en fotos y tenía ganas de ir a conocerlo. Además, como hay personas que dicen que es una maravilla y, en cambio, otras aseguran que es una locura arquitectónica que rompe con la armonía del entorno, me apetecía poder opinar con conocimiento de causa.
Nosotros no nos alojamos en el hotel, sino que elegimos una casita rural (La Cueva) justo en frente mucho más asequible y, sobretodo, desde la que disfrutas de las vistas del hotel y del pueblo Elciego. Lo que si que hicimos fue hacer la visita guiada y la cata en la bodega y después comer en el restaurante gastronómico del hotel, regentado por Francis Paniego que tiene una estrella Michelín. El tartar de tomate y cigalas y el postre de manzana con crema de cameros (un queso de la zona) son espectaculares. El único pero que le pongo es que el vino debería estar a mejor precio, ya que cuesta lo mismo que en cualquier otro restaurante y estando allí pensaba que habría algún tipo de trato especial.
Tras la comilona, sustituimos la clásica siesta por un súper tratamiento en el spa de Caudalié, que es uno de los spas más bonitos que he visitado jamás. Todo está decorado con elementos muy naturales como cepas, uvas, tierra de la zona, corchos de las botellas, etc...El tratamiento que yo me hice fue: primero un baño en barrica, que es una especie de jacuzzi pero en vez de meterte en una bañera de hidromasaje, lo haces en una barrica de madera muy bonita y después un exfoliante con pepitas de uva Cabernet y una envoltura de miel.
Hasta este momento yo no era muy fan de los tratamientos con alimentos, porque soy un poco "raruna" para esas cosas y siempre he preferido las cremas y los aceites. Pero estando donde estaba, pensé que era el momento de lanzarme al universo beauty&gourmet y he de reconocer que me encantó. El peeling es una gozada porque las pepitas de uva, además de ser muy naturales, no se deshacen por mucho que la masajista trabaje con ellas. La envoltura de miel es también muy gustosa porque te la aplican calentita, lo que ayuda a que no esté tan espesa y por lo tanto no sea tan pringosa. Cuando te la retiran, la piel queda hipersuave.
Por último, si te llevas el traje de baño (cosa que yo no hice) te puedes quedar en la piscina climatizada del spa y disfrutar de un bañito al anochecer que seguro merece mucho la pena.Si estáis pensando en hacer a alguien especial un regalo original de cara a Navidad, no dudéis en hacer este plan porque yo lo disfruté una barbaridad.
Paola